Lince ibérico (Lynx pardinus). VU (Vulnerable).
“¡He visto cómo se metía algo más adelante!”, dijo mi mujer mientra conducía camino de El Rocío, a las 20:15h de un 2 de diciembre de 2019. Volvíamos de estar todo el día observando aves en los alrededores de Isla Mayor el segundo dia de mi primera visita a Doñana. Ver al “lindo gatito” era una posibilidad que considerábamos altamente improbable, por lo que pensé que ese “algo” sería un roedor, un conejo o, con mejor fortuna, un meloncillo o similar.
Fue disminuyendo la velocidad del coche al acercarse al punto donde había visto meterse unos cuartos traseros entre los arbustos del margen de la carretera. Y allí apareció. El vuelco que dio mi corazón hizo que el cansancio de todo el día desapareciese. De pronto, el hermoso lince que me llenaba los ojos se asoma más y se sienta regalándonos una visión perfecta de toda su anatomía. De pronto, veo un segundo lince moverse entre los arbustos a un par de metros. Hipnotizado e incrédulo, con la cámara de fotos sobre mi regazo, empiezo a buscar el tirador de la puerta del coche cuando, primero uno y luego otro, ambos felinos cruzan pausadamente la carretera a unos 6 o 7 m delante de nuestro coche. Esperando que desaparezcan rapidamente entre las sombras, presto toda mi atención para atesorar el momento sin decidirme a hacer unas fotografías que seguramente quedasen mal.
Finalmente, y viendo lo relajado de estos ejemplares, me decido a probar a hacer alguna foto a la luz del coche. Increiblememte, los dos gatos están, sentado uno y echado el otro, a pocos metros de mi objetivo. Encuentro la forma de salir de nuestro propio coche con las risas de mi mujer mezcladas con la emoción de ambos. Ya fuera, enciendo la cámara, subo la ISO a 1200, abro el diafragma a 5,6 para mis 400 mm de focal, doy dos pasos y disparo.
Es el carnívoro más amenazado de Europa y el felino más amenazado del mundo, un lamentable honor que puede chocar a aquellas personas que tengan la suerte de verlo en estado salvaje. Y es que es conveniente recordar que un animal como este, no especialmente desconfiado (e incluso tranquilo), que puede permitirnos una observación mucho menos fugaz que las que podemos tener con otros carnívoros ibéricos, es una joya de nuestra fauna ibérica más emparentada con los tigres que con los gatos.
Se trata de un endemismo ibérico asociado al matorral mediterráneo y un especialista trófico, estrictamente dependiente del conejo (Oryctolagus cuniculus). Son felinos territoriales, cuyos territorios pueden solaparse con los de otros individuos adultos del sexo opuesto. La extensión de estos territorios es tanto menor cuanto mayor sea la calidad del hábitat, refiriéndonos a la cantidad de alimento (conejos) y al monte mediterráneo conservado presente.
Existen registros de lince ibérico (Lynx pardinus spelaeus) en el sur de Francia datados en el Pleistoceno tardío. Ha habido quien ha sugerido que la colonización de europa por el lince boreal (Lynx lynx) en el Pleistoceno Superior, podría haber desplazado al lince ibérico de Centroeuropa, quedando unicamente en la Península Ibérica donde presenta ventajas adaptativas.
Graells, en 1897, afirma que el lince ibérico se encuentra en todas las regiones de la Península Ibérica, apareciendo en mayor número en el centro y sur.
En 1914, Cabrera afirma que en el norte y este de la Península Ibérica parece haber desaparecido o ser muy escaso, mientras que todavía abunda en el centro y sur.
Valverde, en 1963, establece la distribución de la especie en España con datos de ejemplares abatidos desde los años 40, indicando la existencia de poblaciones inconexas en Pirineos, norte de Castellón, Sierra de Gata, noroeste de Badajoz, Montes de Toledo, Sierra Morena y Doñana. Este autor ya afirmó que su desaparición sería inminente si no se tomaban medidas para evitarla.
En la década de los 80, Rodriguez y Delibes estimaron una población de entre 1000 y 1200 linces en nueve poblaciones aisladas y en riesgo de desaparición (Sistema Central Occidental, Gredos, Alto Alberche, Sierra de San Pedro, Montes de Toledo-Villuercas-Monfragüe, Subbéticas, Sierra Morena oriental, Sierra Morena central, Sierra Morena occidental y Doñana) Para la misma década se estima que en Portugal hay 45 ejemplares. Sin embargo, posteriores estudios indican que, debido a la metodologia utilizada, estos números fueron sobreestimas de las diferentes poblaciones.
La reducción de las poblaciones de conejo (primero por la mixomatosis y después por la Enfermedad Hemorragica Vírica) durante la década de los 80 parece ser determinante en la fragmentación y reducción de las poblaciones de lince ibérico, así como la caza intensiva hasta los años 50, fundamentalmente por su piel, y hasta 1966, por su perseguida naturaleza de depredador (Juntas Rectoras de Extinción de Animales dañinos y Protección de la Caza (1953-1973)).
En 1994 se pone en marcha con fondos europeos el proyecto Life “Actuaciones para la conservación del lince ibérico (Lynx pardina)” (1994-1999).
El año 2000 se realiza el “Censo diagnóstico de las poblaciones de lince ibérico en España”. Se estimó que en la Península Ibérica, la población del felino era de entre 84 y 143 indivíduos, excluyendo a los cachorros de menos de un año, dividida en dos subpoblaciones reproductoras, en Doñana y en Andujar-Cardeña (Sierra Morena Oriental).
En el 2001, el lince ibérico es declarado dentro de la categoría de “En peligro crítico”, por la IUCN.
En el 2002 se pone en marcha el proyecto Life “Recuperación de las poblaciones de lince ibérico (Lynx pardinus) en Andalucía” (2002-2006), que fue continuado por el proyecto Life “Conservación y reintroducción del lince ibérico (Lynx pardinus) en Andalucía” (2006-2011) y seguido por el proyecto Life+IBERLINCE “Recuperación de la distribución histórica del lince ibérico (Lynx pardinus) en España y Portugal” (2011-2016). Estos proyectos fueron acompañados de otros del Organismo Autónomo de Parques Nacionales del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, que se vienen realizando desde el 2002, y la puesta en marcha del Programa de cría en cautividad del lince ibérico.
Huella de lince ibérico
El Censo de las poblaciones de lince ibérico del año 2017, del proyecto Life+IBERLINCE, informa de un total de 363 ejemplares en Sierra Morena y 85 en Doñana-Aljarafe (448 ejemplares en Andalucía) que, sumados a los datos obtenidos en el resto de la Península Ibérica, dan un total de 589 ejemplares de la especie.
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