viernes, 1 de enero de 2010

Un punto azul pálido

A 6000 millones de kilómetros de distancia, el Voyager 1 nos mostró un 14 de febrero de 1990 una diminuta mota turquesa perdida entre el ruido de una fotografía muy especial. El título de aquella increíble fotografía fue “Un punto azul pálido”.

Pale blue dot. Voyager 1

Aparentemente, dicha fotografía no tiene mucho de particular, tiene mucho ruido, esa mota azul parece casi un artefacto y no parece responder a una estética especialmente bonita...

El astrónomo Carl Sagan puso el mismo título a una de sus obras, en la que hizo una de las reflexiones que, desde entonces, me ha ayudado a dar una escala a mi percepción de lo que somos y del lugar donde vivimos, para bien y para mal. Ese punto es el planeta Tierra.

Desde este lejano punto de vista, la Tierra puede no parecer muy interesante. Pero para nosotros es diferente. Considera de nuevo ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestra casa. Eso somos nosotros. Todas las personas que has amado, conocido, de las que alguna vez oíste hablar, todos los seres humanos que han existido, han vivido en él. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de ideologías, doctrinas económicas y religiones seguras de sí mismas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada niño esperanzado, cada inventor y explorador, cada profesor de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie ha vivido ahí —en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol.

La Tierra es un escenario muy pequeño en la vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de una esquina de este píxel sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra esquina. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestras posturas, nuestra importancia imaginaria, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo... Todo eso es desafiado por este punto de luz pálida. Nuestro planeta es un solitario grano en la gran y envolvente penumbra cósmica. En nuestra oscuridad —en toda esta vastedad—, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos.

La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y formadora del carácter. Tal vez no hay mejor demostración de la locura de la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que siempre hemos conocido.” Carl Sagan. Un punto azul pálido: una visión del futuro humano en el espacio

El impacto de estas palabras, acompañadas por la imagen que las inspira, son así mismo la inspiración de este blog que nace como un intento de aglutinar y dar un sentido ordenado a cientos de imágenes que he captado a lo largo y ancho de este diminuto punto perdido en el espacio.

Espero que lo disfrutéis.

1 comentario:

  1. Suerte en esta aventura!!! Seguro que nos deleitas con tus magníficas fotos, tus crónicas y tu punto de vista.

    Saludos amigo!!!

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